Después de leer el post sobre cómo empezar a hacer deporte, en el que quedó claro mi opinión sobre cómo hay que empezar poco a poco y con cabeza, y de menos a más, nos preguntábamos qué debíamos hacer con la comida.
Pues ahí vamos.
El llevar una dieta (en el sentido de lo que comemos, no de seguir una dieta) es para mí la parte realmente complicada, más que hacer deporte. Si lo único que queremos es estar en forma y bien, y no tenemos ningún sobrepeso, lo que yo recomendaría es simplemente empezar, igual que con el deporte, por lo simple. Quitar lo que sabemos que no es bueno.
Eso no significa dejar de comer helados y cosas del estilo ¡para siempre! Es simplemente ser un poco más consciente de lo que nos llevamos a la boca.
Sé de sobras que es muy difícil decir que no a veces, pero mi opinión es que, si la base de nuestra dieta es buena, no hay nada de malo en comer fuera por ejemplo, para celebrar algo, o comerte un día un helado porque te apetece simplemente.
Sabemos lo que debemos comer de forma habitual y lo que no. Entonces ¿por qué es tan difícil hacerlo?
Lo digo por experiencia: hay veces que es muy difícil. A mi me suele pasar. Te dices a tí misma: si estoy sana y no tengo sobrepeso ¿por qué tengo que dejar de comer cierto alimento o comer de esta manera o de otra? Es una pregunta difícil de responder, pero hay que hacerlo sobretodo pensando en el futuro.
Puede ser que seas una de esas personas que se come un helado cada día y aún así está sana y en buena forma. ¿Crees que eso debe hacer que comas algo que sabes que no es adecuado para tu dieta diaria? Sabemos de sobra que no. Así que hay que pensar a largo plazo: tenemos que nutrirnos para estar sanos.
No es simplemente estar en forma. Es sentirse bien, trabajar en uno mismo para sentirse feliz.
En mi caso, sé lo que debo hacer: dejar bollería, helados, pasteles…Es lo que se suele tener más a mano. Por suerte, estoy en un momento en el que controlo perfectamente lo que como, y la verdad es que al comer cada vez menos cosas de este tipo, el cuerpo mismo te ayuda y cada vez te lo pide menos.
Pero ya no lo tomo por evitar una tentación, es que sé que hay cosas que me sientan mejor, que me hacen sentir mejor y que además están muy buenas.
Además, el proponerte algo (en este caso, dejar de consumir ciertos alimentos) y conseguirlo, hace que te sientas muy orgulloso y veas como tu fuerza de voluntad ha ganado.
Un consejo muy facilito para cuando queremos dejar de comer cosas que no debemos: ¡comer fruta! A mí me encanta, y sirve para media mañana, merienda o postre. ¡O cuando sea! No hay que temer comer fruta, es mucho más sano que cualquier cosa que se nos vende en el súper con su etiqueta.
Otro cambio que sería más que beneficioso para nuestra salud sería el dejar de comer productos ultraprocesados.
Últimamente se ha hablado bastante de lo perjudicial que son estos productos, y está más que demostrado que no son buenos para nuestra salud.
Así que sería ideal ir dejándolos, aunque tampoco debemos obsesionarnos: si un día hay que comerlos, se pueden comer tranquilamente. Simplemente hay que conseguir que no sean la base de nuestra alimentación y que se coman de forma esporádica.
Si justo estamos empezando, no creo que haya que empezar por contar macros o calorías, ni planificar las comidas al milímetro. Con dejar de comer de forma habitual las cosas que sabemos que no son buenas (bollería, bebidas azucaradas, alimentos muy procesados…) y aumentar nuestro consumo de verduras y frutas, es más que suficiente.
Como inicio, creo que salir a andar y evitar comer lo que sabemos que no debemos comer (al menos de forma habitual) y añadir más frutas y verduras, está más que bien 😉
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